miércoles, 17 de febrero de 2016

El atlas de las nubes, de David Mitchell


—El sexteto Atlas de las nubes … Robert Frobisher… La verdad sea dicha, lo conozco de oídas, aunque nunca le he puesto la zarpa encima… Frobisher era un niño prodigio, murió cuando comenzaba a despuntar… Déjeme ver, tengo aquí el catálogo de un vendedor de San Francisco especializado en rarezas… Franck, Fitzroy, Frobisher … Aquí está, con una breve reseña y todo… Sólo se hicieron quinientas copias… en Holanda, antes de la guerra, caray, no me extraña que sea una rareza…

Aunque había oído hablar muy bien de esta novela, no tiene un comienzo que enrede rápidamente la imaginación del lector. La longitud del volumen tampoco ayudaba a incentivar a la lectura. Llevaba tiempo con el libro disponible, y sin hacerle mucho caso. Me encendió de nuevo el interés ver algunas escenas de la versión cinematográfica (que, dicho sea de paso, parece mucho más confusa que la novela). Poner rostro a los personajes dio el empujón definitivo.

Se trata de una novela singular en su estructura, en la que las distintas épocas quedan cosidas de una forma original. Cada relato resulta vívido y atractivo, y el pequeño esfuerzo de sumergirse en él se ve pronto recompensada con una narrativa de una frescura sorprendente. Son llamativos los ecos en los relatos, la encuadernación de unos dentro de otros, y lo adictivo que resulta el final truncado de cada primera parte. Los protagonistas de cada relato son magníficos, cada uno con sus peculiaridades y de acuerdo con el tono de cada historia. El conjunto es el de un conjunto sinfónico de melodías muy conseguido. Muy recomendable.

Surco de un disco para gramófono. Wikimedia Commons.

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