lunes, 27 de julio de 2015

Hombres buenos, de Arturo Pérez-Reverte

Suenan risas corteses y comentarios sazonados de ingenio. Alguien introduce el nombre de Lavoisier, menciona el aire vital y el aire ázote, y la conversación sigue por ahí. Sentado en el corro de sillas y sillones puestos de cualquier manera sobre una magnífica alfombra turca, vestido de muy correcto oscuro, don Hermógenes Molina, cuyo francés no es lo bastante bueno, asiente con sonrisa bondadosa cada vez que no entiende algo. Junto al bibliotecario, don Pedro Zárate, frac azul con botones de acero y calzón blanco de nanquín, se mantiene un poco aparte en su silla, algo envarado, más observador del ambiente y personajes que atento a la charla.



No soy un juez objetivo; me gustan las novelas de Pérez-Reverte, sus personajes y los mundos en los que se mueven (algunos más que otros, y hay alguna novela que he dejado pasar). En esta parece ofrecer a sus lectores clásicos los elementos que han hecho la biblografía de Pérez-Reverte atractiva a tantos: aventura, libros y cultura, viajes, una mirada mordaz a los tipos hispanos y un estilo rápido, inteligente y divertido.

En esta ocasión, y como novedad, encontramos además un retrato-defensa-exposición de la Academia a la que pertenece, y un juego narrativo (distinto al de El club Dumas) que se parece mucho a una visita medio ficticia, rápida y guiada por la tramoya de una novela. Uno de los puntos fuertes de la novela es la pericia del autor para destilar su erudición y su amplio trabajo de documentación de modo que, no solo no abruma al lector, sino que aumenta su disfrute de la historia.
Como muchas de sus novelas (especialmente de las primeras) es difícil de dejar de leer.

No comparto con Pérez-Reverte su fatalismo en cuanto al progreso de los pueblos (y el español en concreto). Es por ello que, aunque el autor no se identifique con la visión de don Hermógenes Molina (me parece que el autor se viste más de Pedro Zárate que de su compañero), hubiera sido justo permitirle al primero hablar más y completar algunos de sus balbuceos. La pareja hubiera ganado en solidez.










viernes, 10 de julio de 2015

Farenheit 451, por Ray Bradbury

—Bueno —le dijo ella por fin—, tengo diecisiete años y estoy loca. Mi tío dice que ambas cosas van siempre juntas. Cuando la gente te pregunta la edad, dice, contesta siempre: diecisiete años y loca. ¿Verdad que es muy agradable pasear a esta hora de la noche? Me gusta ver y oler las cosas, y, a veces, permanecer levantada toda la noche, andando, y ver la salida del sol.
   Volvieron a avanzar en silencio y, finalmente, ella dijo, con tono pensativo:
—¿Sabe? No me causa usted ningún temor.
   Él se sorprendió.
   —¿Por qué habría de causárselo?
   —Le ocurre a mucha gente. Temer a los bomberos, quiero decir. Pero, al fin y al cabo, usted no es más que un hombre…


Tengo un amigo al que le encanta la mezcla de ciencia ficción, futurismo y filosofía de Ray Bradbury. Es este último punto el que me disuadía de empezar a leer a este autor. Me lo imaginaba arduo.
Otro detalle del que habla el autor en la introducción aumentó mi temor: se trata de su primera novela. Sin embargo, el hecho de que tratara de un futuro en el que leer libros está prohibido, incitaba al mismo tiempo mi curiosidad. Igual que el detalle de cómo fue publicada por primera vez (también lo explica el autor en la introducción).
Aunque el estilo no es claro, el relato es atractivo, además de la reflexión que el libro plantea. La historia es interesante, y es suficientemente parca en descripciones como para que el lector pueda llenar con sus propios escenarios futuristas lo que no está escrito.
Uno de los puntos más interesantes del libro es reproducir una imaginación pasada acerca del futuro. Es aquí, en la constatación de los errores y aciertos de Bradbury, donde creo que surge una idea brillante: no es necesaria la represión física para el sometimiento de la población.
Próxima parada, Crónicas marcianas.


jueves, 2 de julio de 2015

Dr. No, by Ian Fleming

Now I’ve got some more news for you. There’s a job come up. In Jamaica. Personnel problem. Or that’s what it looks like. Routine investigation and report. The sunshine’ll do you good and you can practise your new guns on the turtles or whatever they have down there. You can do with a bit of holiday. Like to take it on?’

Bond thought: He’s got it in for me over the last job. Feels I let him down. Won’t trust me with anything tough. Wants to see. Oh well! He said: ‘Sounds rather like the soft life, sir. I’ve had almost too much of that lately. But if it’s got to be done … If you say so, sir …’

‘Yes,’ said M. ‘I say so.’


I was expecting this from the beginning. I had been attracted to the first 007 novels by the adventures I had enjoyed in the films -whether Connery, Brosnan or Craig's. But I was taken aback when I met the James Bond in Casino Royale. Don't misunderstand me, I did enjoy the first novels. It's just that they didn't portrait the hero, the mad villain, the hi tech secret base or the gadgets I had imagined I'd read about.

But in Dr No you've got all the exciting elements one would expect from the films. Once you get in touch with the myth (in the films) and then find it shattered (in the first novels) now everything seems to fall into place.

There is something else I's like to say -I recommend starting the series from the beginning or, if you just don't want to, pick From Russia with Love, which comes right before this one. It does deserve a post of its own, and I may write one one day.

Now, back to Dr No. There is an interesting game in connection with the character in the title. The reader needs to imagine and then rebuild their picture of the villain, since it is only little by little that we get to know him. A bit blurred at the end, by the way. One thing that kept me half smiling through all the hardships was the contrast between the initial setting and the way the plot develops. I think there is some interest in two of the secondary characters -Honeychile Rider and M. A bit of more detail on the two wouldn't have hurt.

It's a good summer read.

"JamesBondBeach3" by Banjoman1 - Own work. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons.